La lucha contra la insatisfacción.
- Carmary Torrales
- May 2, 2023
- 4 min read
Updated: Aug 4, 2023

Cuando llega la navidad los catálogos de juguetes y anuncios no faltan. Están tan bien hechos que logran que los niños deseen todo lo que ven. Como madre y niña que fui recuerdo esa frase: “Yo quiero eso… y eso… y eso.” Muchas veces las madres y padres en nuestro deseo de complacer a nuestros hijos nos encontramos haciéndoles regalos que muy bien sabemos que por más que lo quieran, al cabo de 2 o 3 semanas perderán el interés en utilizarlo. Ya no será suficiente para su entretenimiento y experiencia de juego.
¿Te haz sentido así alguna vez? ¿En algún momento has luchado contra la insatisfacción?
Por ejemplo, ¿has anhelado un trabajo y luego de tenerlo no te resulta suficiente? ¿No era lo que esperabas o las condiciones a las que te lleva no te hacen sentir satisfecho?
¿Has anhelado un equipo y luego de tenerlo no le das mantenimiento o has terminado regalándolo?
Sé que podemos nombrar al menos una cosa que deseamos con todo nuestro corazón y al cabo del tiempo sentimos que nos es suficiente.
¿Más qué tal si llevamos ese pensamiento y lo miramos de forma más profunda en áreas que quizá no siempre se ven o no se pueden descartar con tanta facilidad?
Por ejemplo: Le pides a Dios una familia, hijos y salud. Al cabo del tiempo comienzas a realizar que tener una familia ocupa mucho tiempo, a veces ocupa todo el tiempo. Tienes hijos y al cabo del tiempo te das cuenta de que la crianza es todo un reto y hay días que simplemente quisieras tirar la toalla, “que hagan lo que entiendan, ya no puedo más.” Dios te ha dado salud más la llevas a su límite, no duermes, trabajas excesivamente y comienzas a deteriorarte.
Muchas veces nos encontramos luchando con todas esas y más. Queriendo resolver lo que ya no nos complace con algo nuevo. No tenemos o hacemos tiempo para jugar con los niños: “comprémosle más juguetes”, no nos sentimos a gusto con alguna encomienda laboral o personal: “hay algo diferente que alguien tiene que hacer o yo no soy la persona que debería estar haciendo eso.” No tenemos mucho tiempo para hablar como pareja sobre que decisiones tomar: “tomamos nuestras propias decisiones sin medir el impacto a la familia.” Me siento cansada/o físicamente: “necesito desconectarme de todo y todos.”
Debo decir que sí han llegado a mí este tipo de pensamientos, me he encontrado en la lucha contra la insatisfacción. De repente me he encontrado buscando algo nuevo que hacer y / o añadir para que eso esté más completo.
Más luego de un tiempo de reflexión y de intentos fallidos me he dado cuenta de que no hay nada que pueda añadir o quitar que resuelva nuestra insatisfacción. Momentáneamente nos podemos sentir mejor pero luego volvemos al mismo ciclo. La verdadera lucha contra la insatisfacción es una actitud que tiene su raíz en nuestro corazón y en nuestra forma de vivir. Estamos tan automáticos y acostumbrados a todo lo que podemos tener que no podemos imaginarnos sin eso, al contrario, nos imaginamos con mucho más. Entonces olvidamos que todo lo que tenemos está accesible gracias la misericordia y el amor de Dios, e incluso muchas de ellas son peticiones que Él nos ha contestado.
Pienso entonces que aún cuando esa lucha va a estar constantemente acercándose a nosotros, podemos ganarla constantemente en gratitud. No, no estoy diciendo que no hagamos nada, ni que busquemos avanzar en áreas o cosas en nuestras vidas. Mas planteo que cuando todos esos pensamientos vengan a nuestras mentes iniciemos dando gracias a Dios y le pidamos que examine nuestro corazón para ver de dónde viene nuestra aspiración. Parte mi deseo humano de tener más, de ser relevante y aprobado ante los ojos de algunas personas, de mi inseguridad, de no administrar bien lo que si tengo, o vienen de un corazón agradecido y en busca de hacer la voluntad de Dios todo el tiempo.
Una buena práctica antes de comprar más juguetes, tomar decisiones de pareja por coraje, rendirte en tu crianza, comenzar a buscar que producto puede ayudarte a sentir con más energía o ver lo que sucede a tu alrededor cómo el resultado de algo que debería hacer otra persona es detenerte. Simplemente detenerte y agradecer, pues estoy segura de que mucho de eso que hoy nos pesa, en algún momento lo anhelamos en nuestro corazón y pudimos anticipar el beneficio de tenerlo.
Necesitamos practicar vivir en gratitud constante a Dios. Acompañándolo de oración y petición de sabiduría para administrar lo que Él nos ha dado, de forma saludable para nuestra alma, nuestra mente, y los que por bendición de Él hoy nos rodean. Es en Dios y nuestra relación constante con Él en quien encontraremos plenitud inquebrantable.
“Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos”.
- Santiago 1:17
“Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de Él “.
- Colosenses 3:17
Comments